Una mujer alada, ricamente vestida, reparte agua entre dos cántaros. El agua se mueve sola y no se derrama una gota, mientras ella muestra tranquilidad y plena confianza en sí misma y en lo que hace.
La mano izquierda, arriba, muestra que la principal fuente proviene de la emoción y de los sentimientos, para dotar de energía a la acción, en la mano derecha.
Esta carta representa la idea del "equilibrio" entre lo que se siente y lo que se hace, consecuencia entre los actos y las emociones, necesidad de equilibrio que puede ser conseguida con relativa facilidad. No es raro ver esta carta luego de episodios traumáticos, donde el trabajo interno puede ser mucho más fructífero debido a la baja de defensas en general. La mente no promueve el cambio hasta que éste se hace inevitable y, en casos como aquél, Templanza suele aparecer.
Posición Derecha: Coordinación.
En este momento es posible entrar a aquellas áreas más desconocidas del consultante y sanearlas. Existe una necesidad real de equilibrio y éste se puede obtener sin tanto esfuerzo. Los episodios de poca calma y sufrimiento están por terminar, es necesario usar un poco más de paciencia y esforzarse por no perder el norte en estos momentos donde se juega al "todo o nada". También simboliza la protección de las fuerzas superiores luego de un episodio de grandes problemas y una oportunidad de crecimiento luego de muchos problemas y retrasos. Puede personificar a una mujer que cuida, quizás la madre del consultante o la mujer que está más cerca de él, ya que es una carta que muestra afecto y soluciones - si bien con cierto esfuerzo - de muy buenos resultados y alcance.
Posición Invertida: Reconocimiento.
El primer paso para destruir un esquema negativo es reconocerlo. El consultante no puede - ni quiere - darse cuenta que está siendo inespecífico e inexacto en lo que quiere y lo que pide o, por otro lado, no ha tomado las medidas suficientes como para mejorar en eso que lo complica. La solución tampoco está en llegar y arremeter con fuerza contra todo lo que aparezca en el camino, porque conduciría a un desastre aún mayor de lo que podría ser ahora. Es necesario obtener consejo de alguien que haya pasado por esta situación, una persona mayor que sea consciente de la tribulación del consultante. También quiere decir que el consejo de los padres es crucial en estos momentos, así como también la compañía esos amigos que lo conocen desde hace años y ven más allá que los lazos más recientes.
La mano izquierda, arriba, muestra que la principal fuente proviene de la emoción y de los sentimientos, para dotar de energía a la acción, en la mano derecha.
Esta carta representa la idea del "equilibrio" entre lo que se siente y lo que se hace, consecuencia entre los actos y las emociones, necesidad de equilibrio que puede ser conseguida con relativa facilidad. No es raro ver esta carta luego de episodios traumáticos, donde el trabajo interno puede ser mucho más fructífero debido a la baja de defensas en general. La mente no promueve el cambio hasta que éste se hace inevitable y, en casos como aquél, Templanza suele aparecer.
Posición Derecha: Coordinación.
En este momento es posible entrar a aquellas áreas más desconocidas del consultante y sanearlas. Existe una necesidad real de equilibrio y éste se puede obtener sin tanto esfuerzo. Los episodios de poca calma y sufrimiento están por terminar, es necesario usar un poco más de paciencia y esforzarse por no perder el norte en estos momentos donde se juega al "todo o nada". También simboliza la protección de las fuerzas superiores luego de un episodio de grandes problemas y una oportunidad de crecimiento luego de muchos problemas y retrasos. Puede personificar a una mujer que cuida, quizás la madre del consultante o la mujer que está más cerca de él, ya que es una carta que muestra afecto y soluciones - si bien con cierto esfuerzo - de muy buenos resultados y alcance.
Posición Invertida: Reconocimiento.
El primer paso para destruir un esquema negativo es reconocerlo. El consultante no puede - ni quiere - darse cuenta que está siendo inespecífico e inexacto en lo que quiere y lo que pide o, por otro lado, no ha tomado las medidas suficientes como para mejorar en eso que lo complica. La solución tampoco está en llegar y arremeter con fuerza contra todo lo que aparezca en el camino, porque conduciría a un desastre aún mayor de lo que podría ser ahora. Es necesario obtener consejo de alguien que haya pasado por esta situación, una persona mayor que sea consciente de la tribulación del consultante. También quiere decir que el consejo de los padres es crucial en estos momentos, así como también la compañía esos amigos que lo conocen desde hace años y ven más allá que los lazos más recientes.