¡Hola! Mi nombre es Karina y soy tarotista hace 14 años.
Considero que, para poder establecer una interacción idónea entre profesor y alumno, hay que partir contando los cómos y los porqués del acercamiento de uno con aquello que ha aprendido y el modo de internalizarlo y retransmitirlo. Mi primer episodio con el Tarot fue a la tierna edad de 10 años (provengo de una familia de terapeutas, angelólogos, especialistas en hipnosis regresivas y cosas por el estilo, así que no es de extrañarse que yo también haya manifestado tanto interés en la cartomancia desde tan temprano), cuando encontré un mazo que mi tía había dejado en casa y decidí usarlo para ver de qué se trataba todo, dándome cuenta que me resultaba bastante fácil canalizar la energía que yo poseo a través de las cartas.
Desde ese momento me dediqué (de modo secreto) a aprender métodos y tiradas y ganar experiencia conforme crecía, impregnándome de las vivencias tanto propias como ajenas, hasta que me sentí lo suficientemente apta como para dar un paso adelante: obtener mi propio Tarot.
Me gustaría aclarar que, muy contrario a lo que frecuentemente suele decirse, no es muy bueno que te regalen el mazo de cartas... la razón es muy simple: quien regala lo hace según su gusto y nivel evolutivo y no según el tuyo, que puede ser muy diferente. Ejemplificando, si yo soy ya una adulta con mis procesos de definición de personalidad e identidad superados y elijo un mazo para regalarle a una alumna adolescente y en pleno enfrentamiento con sus 'demonios' internos, probablemente - y de modo inconsciente - seleccionaré una baraja que esté de acuerdo con mi episodio actual y no con el de ella... ¡la destinataria de mi regalo! Lo mejor, en estos casos, es ir con la persona a la que le deseamos obsequiar un mazo, dejar que elija conforme su gusto (el que va mezclado con la necesidad inconsciente de descubrir algo mediante ese Tarot) y pagar nosotros.
Haciendo hincapié en el párrafo anterior y como modo de ahondar en las dudas (a la vez que barro con ciertos mitos), considero de suma importancia mencionar que no es malo cambiar de mazo durante el camino de la cartomancia, ya que uno va evolucionando en la vida y, por ende, dejando ciertas etapas y visiones atrás. Lo otro que me parece meritorio mencionar aquí que tampoco es negativo que no te gusten las barajas consideradas "Clásicas" (Tarot de Marsella, Rider Waite, Egipcio, etc.), porque esto es tan relativo como los jeans... la gente dice que son imprescindibles y puedes tenerlos en el armario, pero no quiere decir que te los pongas y mucho menos que sean de tu agrado... lo mismo pasa con estos Tarots, puedes tenerlos y, muy a tu pesar, no conseguir nada bueno de ellos por mucho que te cuenten maravilla y media de sus resultados. Simplemente no hay química, y punto... y contra la falta de química nada se puede hacer.
Para finalizar este capítulo de introducción, aclaro que lo referente a significados de las cartas puede aplicarse a cualquier mazo y no necesariamente se ajusta de modo estricto al Tarot de Marsella, así que puedes usarlo para interpretar y guiarte en cualquier otro Tarot que no sean los Egipcios (ya que su metodología es diametralmente diferente) . Lo que sí le es propio y varía según el naipe es la simbología y su estructura, la cual colocaré como encabezado en cada capítulo y dará más pistas acerca de cada Arcano, su función y en qué modo afecta la vida del consultante.
No te entretengo más con pláticas, así que ¡a comenzar!
Afectuosamente
Karina.
Considero que, para poder establecer una interacción idónea entre profesor y alumno, hay que partir contando los cómos y los porqués del acercamiento de uno con aquello que ha aprendido y el modo de internalizarlo y retransmitirlo. Mi primer episodio con el Tarot fue a la tierna edad de 10 años (provengo de una familia de terapeutas, angelólogos, especialistas en hipnosis regresivas y cosas por el estilo, así que no es de extrañarse que yo también haya manifestado tanto interés en la cartomancia desde tan temprano), cuando encontré un mazo que mi tía había dejado en casa y decidí usarlo para ver de qué se trataba todo, dándome cuenta que me resultaba bastante fácil canalizar la energía que yo poseo a través de las cartas.
Desde ese momento me dediqué (de modo secreto) a aprender métodos y tiradas y ganar experiencia conforme crecía, impregnándome de las vivencias tanto propias como ajenas, hasta que me sentí lo suficientemente apta como para dar un paso adelante: obtener mi propio Tarot.
Me gustaría aclarar que, muy contrario a lo que frecuentemente suele decirse, no es muy bueno que te regalen el mazo de cartas... la razón es muy simple: quien regala lo hace según su gusto y nivel evolutivo y no según el tuyo, que puede ser muy diferente. Ejemplificando, si yo soy ya una adulta con mis procesos de definición de personalidad e identidad superados y elijo un mazo para regalarle a una alumna adolescente y en pleno enfrentamiento con sus 'demonios' internos, probablemente - y de modo inconsciente - seleccionaré una baraja que esté de acuerdo con mi episodio actual y no con el de ella... ¡la destinataria de mi regalo! Lo mejor, en estos casos, es ir con la persona a la que le deseamos obsequiar un mazo, dejar que elija conforme su gusto (el que va mezclado con la necesidad inconsciente de descubrir algo mediante ese Tarot) y pagar nosotros.
Haciendo hincapié en el párrafo anterior y como modo de ahondar en las dudas (a la vez que barro con ciertos mitos), considero de suma importancia mencionar que no es malo cambiar de mazo durante el camino de la cartomancia, ya que uno va evolucionando en la vida y, por ende, dejando ciertas etapas y visiones atrás. Lo otro que me parece meritorio mencionar aquí que tampoco es negativo que no te gusten las barajas consideradas "Clásicas" (Tarot de Marsella, Rider Waite, Egipcio, etc.), porque esto es tan relativo como los jeans... la gente dice que son imprescindibles y puedes tenerlos en el armario, pero no quiere decir que te los pongas y mucho menos que sean de tu agrado... lo mismo pasa con estos Tarots, puedes tenerlos y, muy a tu pesar, no conseguir nada bueno de ellos por mucho que te cuenten maravilla y media de sus resultados. Simplemente no hay química, y punto... y contra la falta de química nada se puede hacer.
Para finalizar este capítulo de introducción, aclaro que lo referente a significados de las cartas puede aplicarse a cualquier mazo y no necesariamente se ajusta de modo estricto al Tarot de Marsella, así que puedes usarlo para interpretar y guiarte en cualquier otro Tarot que no sean los Egipcios (ya que su metodología es diametralmente diferente) . Lo que sí le es propio y varía según el naipe es la simbología y su estructura, la cual colocaré como encabezado en cada capítulo y dará más pistas acerca de cada Arcano, su función y en qué modo afecta la vida del consultante.
No te entretengo más con pláticas, así que ¡a comenzar!
Afectuosamente
Karina.