El Diablo es considerado uno de los peores Arcanos de todo el mazo del Tarot, y esto tiene sus razones.
Un ser con cuerpo hermafrodita y alas de murciélago sostiene a dos esclavos (un hombre y una mujer) atados por el cuello, los cuales no se dan cuenta de este hecho y permanecen convencidos de que están libres y en su mano yace un arma de fuego que usa cuando le desobedecen.
El Diablo no representa a demonios que vienen a invadir nuestra vida, sino que son negaciones de nuestra propia felicidad, espíritu masoquista desatado y gente que ha venido a nuestras vidas respondiendo a ese llamado. Esta carta aparece típicamente en personas lastimadas y engañadas, pero no con el objetivo de reconocerlas como víctimas, sino como una advertencia de que deben valorarse más y dejar de meterse en sitios donde no serán bienvenidos, sino heridos.
Posición Derecha: Vulnerabilidad al Daño.
El consultante puede ser engañado por una persona perversa, pero con una fachada muy atractiva y provocadora. La gente nociva se dará a conocer casi de inmediato, porque le serán muy atractivas a nuestro consultante, muy fuertes. Hay grandes probabilidades de que haya problemas con adicciones, caídas muy abajo en la senda de la autodestrucción, daño, relaciones problemáticas donde habrá un solo herido. No conviene confiar en las nuevas personas que hemos conocido hasta que él tenga más o menos claro cuánto vale y qué es lo que necesita en la vida. Como dije antes, esta carta es una advertencia de un cambio urgente de modo de pensar antes de que esos pequeños problemas se hagan tan grandes que nublen completamente la razón.
Posición Invertida: Pasos Vacilantes.
Hay ganas de cambiar, pero aún están en ciernes. Habrá episodios desagradables y temporales que causarán el desarrollo de la idea de modificarse internamente, pero es necesario tomar consciencia de que las cosas suceden por algo. Existe mucho miedo de cambiar, porque perder el pasado y el esquema puede traducirse en perderlo todo para el consultante, ante lo cual es necesario ser fuerte y tener en cuenta que no hay nada peor que lo que ya ha vivido y que, desde este momento, la senda perfectamente puede ir en ascenso. Es necesario intentar despersonalizarse de los problemas y verlos como si fueran de alguien más, para así restarles el peso emocional y analizarlos en detalle. Luego de encontradas las alternativas, se requiere usar la resistencia que da el sufrimiento para no caer ante las posibles vacilaciones venideras.
Un ser con cuerpo hermafrodita y alas de murciélago sostiene a dos esclavos (un hombre y una mujer) atados por el cuello, los cuales no se dan cuenta de este hecho y permanecen convencidos de que están libres y en su mano yace un arma de fuego que usa cuando le desobedecen.
El Diablo no representa a demonios que vienen a invadir nuestra vida, sino que son negaciones de nuestra propia felicidad, espíritu masoquista desatado y gente que ha venido a nuestras vidas respondiendo a ese llamado. Esta carta aparece típicamente en personas lastimadas y engañadas, pero no con el objetivo de reconocerlas como víctimas, sino como una advertencia de que deben valorarse más y dejar de meterse en sitios donde no serán bienvenidos, sino heridos.
Posición Derecha: Vulnerabilidad al Daño.
El consultante puede ser engañado por una persona perversa, pero con una fachada muy atractiva y provocadora. La gente nociva se dará a conocer casi de inmediato, porque le serán muy atractivas a nuestro consultante, muy fuertes. Hay grandes probabilidades de que haya problemas con adicciones, caídas muy abajo en la senda de la autodestrucción, daño, relaciones problemáticas donde habrá un solo herido. No conviene confiar en las nuevas personas que hemos conocido hasta que él tenga más o menos claro cuánto vale y qué es lo que necesita en la vida. Como dije antes, esta carta es una advertencia de un cambio urgente de modo de pensar antes de que esos pequeños problemas se hagan tan grandes que nublen completamente la razón.
Posición Invertida: Pasos Vacilantes.
Hay ganas de cambiar, pero aún están en ciernes. Habrá episodios desagradables y temporales que causarán el desarrollo de la idea de modificarse internamente, pero es necesario tomar consciencia de que las cosas suceden por algo. Existe mucho miedo de cambiar, porque perder el pasado y el esquema puede traducirse en perderlo todo para el consultante, ante lo cual es necesario ser fuerte y tener en cuenta que no hay nada peor que lo que ya ha vivido y que, desde este momento, la senda perfectamente puede ir en ascenso. Es necesario intentar despersonalizarse de los problemas y verlos como si fueran de alguien más, para así restarles el peso emocional y analizarlos en detalle. Luego de encontradas las alternativas, se requiere usar la resistencia que da el sufrimiento para no caer ante las posibles vacilaciones venideras.