Desnudo, mas pueden llevarse sandalias (que no zapatos). Para la iniciación se atan las manos detrás de la espalda, a la altura de los riñones, después se ata la cuerda alrededor del cuello formando una traílla que pende delante de la garganta. (Así los brazos forman un triángulo sobre la espalda).
Cuando el iniciado se arrodilla ante el altar la traílla se ata a una anilla fijada en el altar. Un pequeño cordón se ata a modo de jarretera en la pierna izquierda del iniciado, sobre la rodilla, con el cabo vuelto.
Otro cordón se ata alrededor de la pantorrilla derecha, con el cabo vuelto para no perjudicar el desplazamiento. Estos cordones se usan para atar firmemente al iniciado cuando se arrodilla ante el altar y deben ser lo suficientemente largos para servir a este uso. Las rodillas también deben ser atadas. Esto debe realizarse con precaución. Si el aspirante se queja a causa del dolor deben aflojarse un poco las ataduras.
Cuando quieras retener el flujo sanguíneo para inducir un estado de trance será algo incómodo, una gran incomodidad retiene el trance. Es necesario tomarse el tiempo preciso para ajustar el nudo hasta alcanzar la tensión ideal y tan solo el aspirante puede ayudarte a conseguirlo. (Por supuesto esto no se aplica en la iniciación, ya que entonces el trance no es deseado, pero a los fines del ritual es bueno que el iniciado sea atado bien firmemente para que se sienta absolutamente impotente aunque no incómodo).
Las medidas al primer grado se toman de esta forma: la altura del cuello, del corazón y del sexo. Si alguno se vuelve culpable traicionando los Secretos, la costumbre es que sus medidas sean enterradas a medianoche en un pantano y que sea maldito diciendo: “Que puedas podrirte tu como tus medidas”.
Cuando el iniciado se arrodilla ante el altar la traílla se ata a una anilla fijada en el altar. Un pequeño cordón se ata a modo de jarretera en la pierna izquierda del iniciado, sobre la rodilla, con el cabo vuelto.
Otro cordón se ata alrededor de la pantorrilla derecha, con el cabo vuelto para no perjudicar el desplazamiento. Estos cordones se usan para atar firmemente al iniciado cuando se arrodilla ante el altar y deben ser lo suficientemente largos para servir a este uso. Las rodillas también deben ser atadas. Esto debe realizarse con precaución. Si el aspirante se queja a causa del dolor deben aflojarse un poco las ataduras.
Cuando quieras retener el flujo sanguíneo para inducir un estado de trance será algo incómodo, una gran incomodidad retiene el trance. Es necesario tomarse el tiempo preciso para ajustar el nudo hasta alcanzar la tensión ideal y tan solo el aspirante puede ayudarte a conseguirlo. (Por supuesto esto no se aplica en la iniciación, ya que entonces el trance no es deseado, pero a los fines del ritual es bueno que el iniciado sea atado bien firmemente para que se sienta absolutamente impotente aunque no incómodo).
Las medidas al primer grado se toman de esta forma: la altura del cuello, del corazón y del sexo. Si alguno se vuelve culpable traicionando los Secretos, la costumbre es que sus medidas sean enterradas a medianoche en un pantano y que sea maldito diciendo: “Que puedas podrirte tu como tus medidas”.