Guarda un libro escrito de tu mano. Permite a tus hermanos y hermanas copiar aquello que deseen pero nunca te separes del Libro y nunca conserves los escritos de otros, ya que si su escritura es reconocida ellos podrían ser presos y torturados. Así cada uno guardará sus escritos y los destruirá en caso de peligro. Aprende cuanto puedas y reescribe el Libro una vez el peligro haya pasado.
En caso de que alguien muera dejando su Libro tu lo destruirás. Si es encontrado será una prueba suficiente contra él y, sabiendo que “no es posible un brujo aislado” , éste será un peligro para sus amigos. Así destruye todo aquello que sea superfluo.
Si alguien encuentra el libro junto a ti, esa será prueba tan solo suficiente para ti y podrás ser torturado. Guárdate bien de todo pensamiento acerca del culto, afirma que has tenido una pesadilla, que un diablo te ha forzado a escribirlo sin que tu fueras consciente. Piensa en ti mismo “yo no sé nada ni nada recuerdo. Lo he olvidado todo.” Intenta convencerte. Si la tortura es insoportable di... “yo confesaré, ya que no puedo soportar estos tormentos. Que queréis que diga? Decidme y lo admitiré”. Si ellos intentan hacerte confesar locuras tales como que has volado por los aires, conversado con el diablo, sacrificado niños y comido carne humana serás liberado de la tortura diciendo... “Yo he tenido alguna pesadilla, no era yo mismo, estaba loco.” No todos los magistrados son malvados. En circunstancias atenuantes ellos podrían mostrarse misericordiosos.
Si tú nos has denunciado retráctate, di que te has equivocado en la tortura, que tu ignorabas lo que decías o hacías. Si resultas condenado no temas. La Hermandad es poderosa. Ellos podrán ayudarte a escapar si tú permaneces leal. Si tú nos traicionas no habrá ninguna esperanza ni en esta vida ni en la siguiente. Si tú permaneces inquebrantable hasta la hoguera la droga ciertamente te ayudarán. Ella llegará hasta ti y te adormecerá. Y si mueres ¿qué es aquello que te espera más allá? El éxtasis de la Diosa.
De igual importancia son los útiles de trabajo, que sean objetos corrientes que pueda haber en la casa. Que los pentáculos sean de cera y así puedan romperse o fundirse fácilmente. No tengas espada a no ser que tu rango te autorice a ello. No grabes nombres ni marcas sobre ellos, inscribe los nombres y marcas con tinta y tan pronto como hayan sido consagrados bórralas.
Nunca te vanaglories, nunca amenaces y nunca desees el mal aún a aquel que es malvado. Cuando alguien intente parlotear contigo acerca del Arte di... “no me hables de una cosa así, me asusta. Es de mal agüero nombrarlo”.
En caso de que alguien muera dejando su Libro tu lo destruirás. Si es encontrado será una prueba suficiente contra él y, sabiendo que “no es posible un brujo aislado” , éste será un peligro para sus amigos. Así destruye todo aquello que sea superfluo.
Si alguien encuentra el libro junto a ti, esa será prueba tan solo suficiente para ti y podrás ser torturado. Guárdate bien de todo pensamiento acerca del culto, afirma que has tenido una pesadilla, que un diablo te ha forzado a escribirlo sin que tu fueras consciente. Piensa en ti mismo “yo no sé nada ni nada recuerdo. Lo he olvidado todo.” Intenta convencerte. Si la tortura es insoportable di... “yo confesaré, ya que no puedo soportar estos tormentos. Que queréis que diga? Decidme y lo admitiré”. Si ellos intentan hacerte confesar locuras tales como que has volado por los aires, conversado con el diablo, sacrificado niños y comido carne humana serás liberado de la tortura diciendo... “Yo he tenido alguna pesadilla, no era yo mismo, estaba loco.” No todos los magistrados son malvados. En circunstancias atenuantes ellos podrían mostrarse misericordiosos.
Si tú nos has denunciado retráctate, di que te has equivocado en la tortura, que tu ignorabas lo que decías o hacías. Si resultas condenado no temas. La Hermandad es poderosa. Ellos podrán ayudarte a escapar si tú permaneces leal. Si tú nos traicionas no habrá ninguna esperanza ni en esta vida ni en la siguiente. Si tú permaneces inquebrantable hasta la hoguera la droga ciertamente te ayudarán. Ella llegará hasta ti y te adormecerá. Y si mueres ¿qué es aquello que te espera más allá? El éxtasis de la Diosa.
De igual importancia son los útiles de trabajo, que sean objetos corrientes que pueda haber en la casa. Que los pentáculos sean de cera y así puedan romperse o fundirse fácilmente. No tengas espada a no ser que tu rango te autorice a ello. No grabes nombres ni marcas sobre ellos, inscribe los nombres y marcas con tinta y tan pronto como hayan sido consagrados bórralas.
Nunca te vanaglories, nunca amenaces y nunca desees el mal aún a aquel que es malvado. Cuando alguien intente parlotear contigo acerca del Arte di... “no me hables de una cosa así, me asusta. Es de mal agüero nombrarlo”.